Finales, poema sin final (MDCCCXCVIII).
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No sirvo para escribir comienzos,
solo se decir finales, adioses, olvidos...
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Alguna vez comencé a tejer la trama,
cuando todo era tinieblas, caos, gemidos,
sentí el vaho confuso del deseo,
escuche gritar mi nombre, pensé que
era el inicio, solo fue noche oscura,
amanecer de luto, abandono infinito.
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Te fuiste, no supe de tu llegada
solo de tu partida. Naufrago al acecho,
buscando una playa que no es la mía.
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Vuelves a mi como la niebla. Casi ciegos
intuimos los cuerpos, almas extraviadas
vagando errantes, exiliadas del infierno.
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Una vez me perdí en ti, fui presa fácil de
sagaces palabras, mentiras muy bien contadas.
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Malsano es mi destino, eres mi ontología.
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Quisiera ser la furia, la daga que te sangre
de palabras, la rabia que te humille en otros,
el fuego que arranque tu hipocresía.
Hoy solo puedo decir adiós y convertirte en
olvido.
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Morenaclara
Maravilloso... pero lo recuerdo más largo.
ResponderEliminarMe encanta como usas el desasosiego con tanta calma dialéctica, es un arte. Poder manejar el ritmo de algo tan dramático es simplemente excepcional.
Hay una expresión que me llega al alma, que me hiere gratamente: "Naufrago al acecho, buscando una playa que no es la mía". A mi me llena de inquietud, de rabia, de desesperación... pero con una dosis febril de esperanza.
Saludos Morena